Esta tarde Frida* voraz, me espetó en la cara:
No dejes que le dé sed al árbol que tanto te ama, que atesoró tu semilla, que cristalizó tu vida a las seis de la mañana. No dejes que le dé sed al árbol del que eres sol
y así voy a hacer.
En menos de 48 horas me largo a otros mundos y a otros aires, a darle agua a mi árbol y sol a mi semilla!
:)
1 comentario:
Pero tu semilla y tu arbol hace tiempo ya que arraigaron y crecen sanos y fuertes gracias a que los cuidas. Un abrazo
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