Cae la risa y cientos de lágrimas resbalan por mis mejillas. El dolor está ahí, sumergido, en todas las desdichas que se han vivido... Y es injusto, porque todo es independiente de ti.
De ti, mi gatita bruja, salvaje y mágica, que enfermaste tan rápido que a penas si respiramos con tus suspiros... La vida nos dio una tregua, un puente entre dos mundos para aprendernos, reencontrarte y despedirnos (así de duro, así de difícil y a la vez, así de afortunadas hemos sido y somos). Y ahora de pronto, todo nos ha estallado y la velita se apaga... Y quizás haya llegado el verdadero momento y todo sea caos, dolor y ruido de golpe, así, sin querer verlo.
Se apaga esa velita y esta noche sé que será difícil... Bien difícil...
Solo me sale un
Te quiero.
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