Acentúo mis formas en cada esquinita de sueño. Dándole cobijo a todas esas emociones que no sabría explicar. Conteniendo las palabras, para aprender de mi silencio. Escucho la noche, los susurros, las miradas.
Quiero un mundo puro absoluto... a veces.
Quiero mil maneras de amar.
Y luego, cuando voy al sueño, estando en el semisueño, descubro que el mundo imperfecto es el que más perfecto me resulta. Más puro, más absoluto, más mágico. Y que todas esas formas y maneras de amar, se describen sencillamente en UNA.
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