Vivo tan rápido a veces que los pies se me van solos y me olvido de respirar. Tan rápido que la cabeza al llegar la noche no para de pedirme descanso eterno, y nunca llega...(casi) Nunca. Porque nos enseñan a formar parte de este tiovivo, de esta ruleta rusa tan chirriante... Y todo es normal cuando ni siquiera tienes el tiempo necesario para tomar un vaso de agua y mirar hacia arriba y ver que las nubes, con este viento, bailan desnudas para ti. A veces deseo salirme del mundo y ser Universo.
D E S C O N E C T A R.
Vivo tan rápido a veces que creo que mis pies no pisan el camino, dan zancadas. Y que cuando tengo ese ratito para mí, siempre ocurre algo que me hace de nuevo estar dando vueltas en ese tiovivo.
Es feo.
Pero luego hay segundos que eclipsan cualquier sensación de rutina o de tiempo. Y el Amor carga cada átomo de ese espacio, cada brizna de hierba que me paro a observar, cada ramo de árbol que abrazo.
Entonces, abro la boca y con todo el paladar lleno de inmensidad, doy las gracias.
Ya falta poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario