cabezadereno*

Cuanto dolor hay en el amor, y cuanta mentira. Qué fragmentado está y que dolorido...
Las malas noticias vuelan. Y yo doy gracias por tener esta suerte... Suerte, si es que es eso. Alegría, más bien es Alegría. De las bonitas. De las que duran. No como ése amor del que hablo. Ése que va diciéndose con la boquita pequeña; que dura años y años, y apenas si se habla. El que se va a dormir por las noches, con el rostro congelado, y la boca llena de cicatrices ajenas. Porque la otra boca calienta más que la que tiene enfrente. Caliente más y florece más, como jardines inventados de aire. Tras tantos años... Tras tantas cosas.
Me es inevitable pensar en mi pasado. En aquellos días grises. En aquellas lágrimas. En aquel no entender cuando descubres la Gran Sorpresa. La mentira horrible. Y aparece ese dolor dentro de ti, como un vómito espeso. Como un muro cerrado que asfixia. Un pozo que filtra mierda de vetuasaberqué tubería. Como un montón de lodo que te traga.

No hay excusa. Ni vueltas que darle.
Al amor no se le engaña. No se le quema. No se le burla.
Porque no. Es lo que nos hace estar vivos. Es lo que nos contiene, lo que nos forma, lo que nos habita.
No se le puede menospreciar así... con tanta mentira y tanta falsa palabra.

Y como duele, ay... saber estas malas noticias.
Como duele no escribir(lo) mejor.


Sindicato del Amor por siempre.
F u  e r z a*