Cambiar de rumbo lleva implícito pasar por emociones fuertes. Desapegos, desarraigo, separaciones... Un "descontrol" de incertidumbre y sombras. Todo se desvanece y se recrea una y otra vez. Constantemente.
Los antiguos pasos, acostumbrados y rutinarios, quieren prevalecer, violentando un espíritu de búsqueda e instinto. Todo incierto, todo por empezar... Duelen los pies, las esperanzas se nublan, se agiganta lo añorado... Se pierde la fe a cada segundo y se vuelve a ganar minuto siguiente.
Pero, afortunadamente, el túnel se camina y gracias a eso, se conoce. Y en el fondo, parece ir surgiendo la luz poco a poco... Por lo tanto, ¡hacia allí hay que ir!, tratando de tener paciencia y discernimiento. Confianza.
Si.
Éso estoy aprendiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario