Dejar notitas, como una quinceañera, de felicidad compartida mientras me tiemblan las piernas pensando en cuando lo descubra... Y saber que es un detalle, no una locura.
Aguantar la respiración cuando el dolor es tan fuerte que sabe a la propia vida, llenándome el pecho.
Ilusionarme, sabiendo que me da igual fracasar de nuevo. Y seguir con ganas, ojo! Eso es de valientes.
Mirarme al espejo y darme tregua, por fin, y decirme, después de días, "cocochufleta loca, te quiero". Y saberme y re.saberme guapa, porque si, porque he vuelto.
Por fin.
Lindo 3...
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