Pequeñosacodealegrías*

Hace trece años entraste en mi vida por sorpresa. Sin avisar, como ocurren las cosas hermosas de esta extraña vida. Con tu mirada felina. Con tus curiosidades y ternuras, siendo la cosa más dulce que conocía entonces. Siendo miles de razones por las que sonreir y millones de excusas para llegar pronto a casa... Y pasaron los años y nuestra hermandad se iba haciendo pura, conectada, inquebrantable. Solo necesitaba mirarte en momentos de tristeza para sentirme mejor. Porque tú eres paz, la más hermosa paz que haya tenido cerca. Y vinieron otros gatos, irme de casa, cambiar... Pero siempre estabas presente: al destapar un yogurt, al coger un caramelo, en la ropa... Mi nube blanca, mi pequeño ratoncito, te voy a echar tanto de menos... Por tu bondad, por tu amor, por la compresión con la que me mirabas cada vez que me sentía triste. Por tus alegrías, porque eras el alma de la casa de mamá.
Ahora tu pequeño corazoncito se ha parado y te has ido para siempre. Ya has dejado de sufrir... Sé que seguirá tus pelos en la ropa, en el sofá, incluso en mi casa. Jamás me olvidaré de ti, mi bello  dulce hermano gatuno.
Te llevo en el alma y agradezco a la vida que me regalara la oportunidad de conocerte. Te quiero, Milú pilu....

Que tu energía se encarne pronto.
Gracias por darme la felicidad*, gordito...
Por/para siempre*