meditaentuAmorinterno*

Me paro a mirarme, a sentirme y verme desde adentro y encuentro cosas que antes no estaban ahí. Que palpitan como corazones apretándome las venas, y alientan esperanzas que no sabía que existían. Y cierro los ojos para concentrarme mejor, frente a un mar que me escucha, que calma mis pesares, que me oxigena con su olor. Siento entonces un torrente de energía que habita en mí y desde mi sexo, el centro mismo que nos cose a Todo, brota una energía nueva. Se fusionan entonces emociones y pensamientos; se mueven aguas que me mecen hacia una señal, un resquemor que ha de sanarse con un solo vaivén de este agua cargada de entendimiento, una herida que aún sigue abierta, doliente.
Ése agua soy yo, frente al agua del mundo simbolizada en el trocito del mar alborán que me vio nacer; frente a un sin fin de horas que puedo pasar en ésa posición, concentrada, conectada por el coxis a la Madre, con los pies en los suelos y la cabeza en los cielos!! como elixir de vida sagrada habitada en un cuerpo de carne mortal.  Si, se fusionan emociones y pensamientos, como se conjugaron Mercurio y Venus esta madrugada en los cielos. Algo en mí crece en ese preciso momento, cuando mi corazón va más despacio y mi respiración parece un susurro. Son comunicaciones verdaderas, comunicaciones que vienen de otro lugar, de otra parte, segundos de entenderlo todo, avisos de debajo de la piel en donde no hay diccionarios, ni etiquetas, ni locuras, ni miedo a no entender... En donde te dejas llevar y sabes que tu cuerpo se adentra en ti y te dice, y te cuenta, y te hace ver, mirar, sentir, más adentro, más adentro... como el mar.

Y dar las gracias... S i e m p r e*