18.3.10

pormuypocotiempo...

Podría coger la maleta, llenarla de mis pequeños tesoros (libros y más libros, alguna foto, algun pañuelo, un boli, una libreta, la cámara...), ponerme las botas y caminar. Caminar, caminar, caminar, hasta que me duelan tanto los pies que tenga que pararme (y para éso normalmente ha de pasar mucho tiempo...) o hasta que encuentre un lugar donde poder ver atardecer mil veces, una y otra vez, sin cansarme, sin respirar nada más que ese montón de color anaranjado y ese sonido que hace el sol justito antes de irse. No puedo creer que mucha gente no haya observado el sol naciendo, y mucho menos puedo entender cómo alguien, a lo largo de su vida, no ha encontrado tiempo o ganas, o lo que quiera sea la excusa que busca para ponerla ahi, entre la estupidez y la palabra, para decir que no sabe cómo es el mundo, la vida!, durante y después de un atardecer. Sea desde donde sea, incluso, una ventana de un piso de una urbe cualquiera, frente a un mar de bloques, sentir ésos colores... nos hace únicos. Ver un amanecer te hace sentir parte de algo sagrado que está en tí y se reencuentra con algo de fuera, con un brillo y una luz parecido a ése que el Astro Rey te está regalando a casa pasito que sube por entre el cielo. Y es como si algo en ti tuviera ésa misma llama, ese mismo calor, esa misma intensidad... E igual ocurre, al menos en mi interior, en la vorágine de mis ojos, en mis retinas de dentro, de más allá de los pulmones... cada vez que el sol se esconde. En ése preciso momento en el que choca con las montañas y entonces... parezco entenderlo todo, TODO.

Mis mejores deseos para tí:

Que el eterno Sol te ilumine,

que el amor te rodee,
y la luz pura interior
guíe tu camino*

Soy

Mi foto
Málaga, Andalucía, Spain

Archivo

Acompañantes