bosquedeojos*

De alguna manera al mirarle a los ojos, utilizó palabras que ni siquiera había imaginado que saldrían de ahi, de donde tiene guardada todas esas increibles miradas que nunca vió nadie; que ha ido guardando poquito a poco con mucho cuidado como si fueran algo tan frágil como una mariposa y que de alguna forma, supo desde el primer día que iba a gastar, a usar gustosamente con unos ojos así. Unos ojos que podrían atravesar el mundo pero que hablaban de manera distinta. Hablaban con una voz en la que tambien había una manera de cuidar cosas preciosas... Quizás esta vez no una mariposa pero si una piedrecita de color extraño encontrada en la ladera Norte del bosque de las brújulas o en la encima imposible de una montaña comida por las nubes.
Lo más curioso era esa forma de abrirse como una caja en donde tras la tapa esperan flores. Abrirse por dentro como lo hace una uva hermosamente madura con solo un mordisco, o como el sol se abre camino en las primeras horas del alba. Y de respuesta, un tembleque y una sensación de ver a un perro mojado pidiendo refugio. Algo extrañamente en calma, diferente, distinto.