Por momentos sentía que su cabeza le iba a estallar de tanto reinventarse.
Tarareaba mentalmente una absurda canción mientras agarraba fuertemente las insinuaciones , que se les pasaba por la cabeza cada vez que recibía una palmadita en el aire, para guardársela en el bolsillo, aunque no llevara, para ver qué pasaba luego: más vale prevenir que lamentar.
Es increible, se decía, que de pronto entiendas ciertas cosas escuchando a alguien hablar sobre la vida de otra persona. Entiendes miedos y debilidades de alguien que quiere volar a través de las palabras vete tu a saber dónde. Y wow, qué de imágenes te pueden echar para atrás en un solo minuto que tienes para girarte y decir las cosas tal y como las piensas... Y vaya, si, de nuevo acabas pensando en el dichoso refrancito que te persigue ultimamente: "
quien quiera peces...
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