(re)conociendo*

Una puerta está apareciendo en la senda que transito. Supongo que podría decir que es mi propia senda, si. Al igual que puedo sentir que esa puerta que veo tan cerca me lleva a un espacio distinto de mi, de mi propia vida... ¡Cuanta inmensidad! ¡Cuanto universo eterno a través de la luz!

Voy comprendiendo, voy aceptando... Mis sombras se retuercen a cada paso, porque cada vez esa puerta está más cerca y puedo sentir su fuerza, puedo sentir su luz, agarrando mis pulmones y mi valentía. Coraje en mis manos de cuidadora. Coraje en mis pies aventureros.

Habita en mi una sabiduría ancestral que se conecta a  esa puerta y a ese universo; puedo sentir cómo las vibraciones cambian, cómo el suelo se vuelve cálido y mi respiración tranquila. Es una especie de bamboleo, una simbiosis inexplicable de mi superAlma con todo. Desde lo más pequeño... de mi, a lo más definido de mi personalidad o de mi cuerpo.

Una puerta mágica que va acercándose conforme esta barriguita crece, y dentro de ella, también lo hace este ser fuerte, amoroso, dador de mi Todo*; conforme mi ego se aplaca y descubro quién soy verdaderamente, sin trucos, sin preguntas, sin violencias. Disfrutando de mi, de mi senda, de la futura aventura, probablemente un camino más distinto y complejo, más enriquecedor, que traerá consigo agarrar el picaporte y abrir.
Abrirme, como va haciendo mi cuerpo...