Apenas viendo estas nubes hermosas cargadas de lluvia y también de sol, con ganas de seguir viviendo con esta sensación de paz que trae el cielo, puedo decir que ha pasado lo peor.
El bosque misterioso se cerró de golpe, y perdimos los pasos, las huellas, el olor. Fui atacada gravemente por una fiera que me paralizó de miedo durante dos largos días, y aún quedan cicatrices físicas en mi cuerpo que lo muestran, pero mi corazón y el miedo, están sanando.
Hemos encontrado cueva donde cobijarnos, y además nos trae un poquito de espacio al sol también donde poder retozar. Tiene espacios espaciales especialitos, y holgura de amor para llenar. Aun solo podemos verla por fuera, porque las cosas de palacio van despacio... y que así sea, si es que ahí será.
Es increible que puede escribir todo esto con esta sensación tranquila de quien mira un atardecer desde su cuarto propio. Su cuarto, pedazo de ése bosque frondoso, misterioso, destartalado y salvaje. Respiro y apenas mis fosas nasales comienzan el proceso, me llega la sensación de que soy lo único movible de él. Lo único que puede salir a la ciudad, o al laberinto de la Diosa, tantas veces quiera... aunque su vida peligre, aunque haya estado enferma de miedo, aunque llueva a cántaros y el camino se borre... Yo puedo, loba, mujer pájaro, amante lunar.
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