ydarlasgraciasportanto*

Un día de mierda, de ésos que te olvidas de respirar y parece que el final del mundo está a la vuelta de la esquina, acechando. Una mañana gris, seguida de un mediodía bien negro, de oscuridad absoluta...
Suerte que al llegar a casa tres miradas gatunas me esperan. Y una ducha caliente.... Una respiración para mí, con amor y ternura. Una luna creciendo en la inmensidad del cielo, con toda su magia. Nubes rompiendo frontera allá en el horizonte. Mis pies quejándose y yo dándoles dulzura. Una mirada en el espejo y un sonreirme con ganas. Lanzar un mantra de amor para todos los que hicieron que esta mañana fuera tan difícil... Unas campanas preciosas, resonando conforme escribo esto, para demostrarme, una vez más, que la paz llega; llega cuando todo se observa desde lejos, cuando no se toma parte, cuando hay equilibrio, cuando todo se comparte. Y tantas emociones... Tantas... Mientras las luces de colores brillan como estrellas en el cabecero de mi cama, o mi pelo se seca recogido en una toalla; o el té se abre en esta taza humeante, creando un sabor curativo para el alma; unos perros que ladran haciéndose notar... Y un montón de imágenes que se me vienen a la cabeza cada vez que creo que hacemos las cosas tan difíciles: como estanques de peces de colores dibujados en mitad del desierto, o un corazón bien rojo entrelazado entre tantas sombras. O una mamá embarazada que me mira por dos y se ríe conmigo, y reímos las tres porque mi trabajo en la vida es reírme y dar AMOR. Eso ya lo tengo.
Y fuera las lágrimas de impotencia, el dolor, las responsabilidades que se escogen porque se cree que es lo mejor, la empatía que se olvida de su propio sentimiento y las ganas de cambiar este jodido mundo.
El mundo, la gente y la vida, está bien. Yo no puedo salvar a nadie. Esta mañana me he dado cuenta...

Antes me dolía pero justo ahora me doy cuenta que... que menos mal.