19.11.13

conAmor*

Vi una montaña nevada tocada por el sol. Y pájaros a lo lejos dibujando formas en su vuelo. Olía a pino, romero, incienso y a Amor (sé que puedes saber qué olor es ese, está en tu piel, ya lo conoces). El sol se está yendo a dormir, y en la casa, había canciones para la vida. Cantaban y rezaban en la habitación de al lado, cercana a nuestra puerta, donde estábamos mi papá, una anciana, alguien más, mi mamá y yo.
Mi madre me enseñó esa imagen de la montaña antes de empujar. Mientras lo hacía, en todo momento, recitaba un mantra hermoso. Me regalaba todo su amor como la celebración más pura y maravillosa que existe.
Todo fue rápido. La ventana verde seguía cerca y el baúl de papá, con todas sus flores y sus imágenes sagradas, pero estábamos cercanos al suelo; mi mama gemía como un animal fuerte entre suspiro y suspiro controlado, y cantaba... no dejaba de cantar. Lo primero que recuerdo fue sus ojos y las manos de mi padre, tocando mi columna. Luego risas y palmas. Y los labios más suaves del mundo besándome. Después la luz de pronto cesó y sentí sueño y calor. Un calor sagrado, de piel humana. Eran los pechos de mi madre, y la mano de papá siempre cerca. La dulce leche que me daba todo lo que necesitaba. Y el pelo de mamá tocándome... Era feliz. Muy feliz. Como nunca.
Luego papá tocaba un instrumento extraño, como un cuenco tibetano, mientras daba las gracias en oraciones. Y mi madre me susurraba y reía... estaba tan contenta!

El cielo se vistió de gala para mí y todo fue cubierto por un manto hermoso. En casa ya había más silencio y muchos almohadones. Olía a romero, a madera y a canela... Y se escuchaba el crepitar dulzón del fuego. Papá nos miraba mientras dormíamos. Y era feliz. Estaba completo. Como yo. Agradecido por siempre a mi madre por regalarle y enseñarle lo más indescriptible y bello: el amor maternal.

Era un niño feliz. Sano, fuerte y mágico. Amado infinitamente por la vida y por mis padres. Acunado y respetado en su proceso de entregarse a la vida y al nacer. Lleno de paz y de gratitud.


Bendita la vida.
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Este ha sido mi Rebirthing.
Este ha sido mi nacimiento. El de mi vida anterior. El de mi familia mágica que tanto me quiso y a la que tanto quiero. Del que siempre voy a agradecer y recordé el 17 de Noviembre de 2013, rodeada de Amor, de Respeto y Entrega.
Infinitamente GRACIAS. Infinitas.


1 comentario:

Anónimo dijo...

o sea que fuiste hombre y tibetano?? mmm cuentamelo todo en tu proximo email por favor

Mis mejores deseos para tí:

Que el eterno Sol te ilumine,

que el amor te rodee,
y la luz pura interior
guíe tu camino*

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Málaga, Andalucía, Spain

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