28.9.13

yquées?

Llevo días raros, en los que no se bien qué decir. Moldeando nuevas formas de entender(me). Tratando de saber encajar cada golpe no encajado. Acunandome en arrullos para no salirme de mí misma... Pero hay momentos, días enteros, que me salgo y doy voces, y gritos mudos; me araño, me culpo, me estremezco... Y el placer se hace carne también.
Y no importa, porque salirse de una misma también está bien; aunque el cielo se nuble y entren tormentas eléctricas que deben descargarse para no morir de sobrecarga. Es hermoso el cielo así: estallando.
Desde luego que ésos días no son los más raros de entre todos los raros. Hay origen y lugar, hay sensaciones conocidas y efectos. Entonces, solo fluir y ya está. Y mucha paciencia porque mañana será otro día.... El "problema" ocurre cuando a la mañana siguiente todo sigue un poco igual; cuando la "batalla" no se conoce, cuando no se sabe bien en qué punto se está, cuando no puedes "catalogar" la respuesta de un "¿cómo estás?" en un sencillo "bien" o "mal". Cuando ni siquiera es gris (porque todos sabemos que no es blanco ni negro nunca). Cuando tienes demasiadas cosas en la cabeza como para saber cómo está tu balanza, tan igualada en realidad. Cuando tienes ésa sensación extraña de que el tiempo se pasa y  de alguna manera, aunque hagas miles de cosas, en el fondo de ti sientes que no haces nada, que nada (más que el dichoso tiempo) pasa. Cuando te miras al espejo y sabes que esa eres tu pero que bien pudiera ser cualquier otra. Cuando coges un libro y lees y aunque te gusta, no termina de convencerte... y coges el ordenador y buscas o haces, envías un email quizás, pones música, algún vídeo, curioseas... pero acabas apagando el ordenador porque mejor te das una ducha, y sales a la calle a dar una vuelta. Y en la calle  a lo mejor sonríes porque hay algo hermoso o conversas con amigos encontrados al doblar la esquina,  puede que rías un rato, para variar, pero vuelves a casa pronto, con la misma sensación de hace un par de horas. Y cuando estás haciendo la cena, mirando como los colores en la sartén se van pochando, sientes que algo no va demasiado bien (claro, tampoco no demasiado mal, ¿no?). Y apagas el fuego, sin que la comida esté lista, sin que te des cuenta de lo que haces apenas, y te ves sentada, tras unos minutos, en una silla de la cocina con la mirada perdida en algún punto de las baldosas de mármol beige del suelo. Al pestañear, pasan delante de ti millones de imágenes; tu cabeza es un hervidero de ideas, de emociones, de datos, de cosas por hacer o cosas que hiciste, de risas, de gente, de llamadas por teléfono, de agendas repletas, de entradas de blog, de recetas de cocina, de nombres de plantas, de canciones y películas, de caras desconocidas...
Y ahí estás tu. Tú con tu cuerpo. Tú con tu mente. Tú con tu cuerpo y mente sin estar, estando(?).

Días raros si... Llevo varios días en los que no se bien qué decir. En los que tengo un montón de disparatas ideas sobre mi misma que bien pudieran ser el resumen perfecto de mí propia vida (porque nunca van a ser mejor, quizás). En los que amontono conceptos, momentos, minutos, como si la vida fuera eso: "amontonar" y no tengo muy claro qué se hace con tan gran cantidad de "cosas" (está claro que no hablo de cosas materiales, aunque bien pensando, pudiera ser también...); no se bien qué tengo que hacer con todo esto que soy, que voy conociendo y desconociendo a cada paso....
Mi bruja interior,  esta dama roja sabia, mujer de pocas palabras que ahora me mantiene en invierno me dice que sencillamente esté, sin más. Que me deje ir y abandone tanta razón y tanto querer entenderlo todo... Que tenga alquimia interior y utilice ese bálsamo de silencio para ver las nubes, desde arriba, en un vuelo perfecto.


¿Si?
No sé... Entonces... ¿más días raros que amontonar?


1 comentario:

Anónimo dijo...

no te agobies por eso dias pero intenta ver lo que mas te gusta y ve a por ello...un camino, una meta, un objetivo... a que te quieras dedicar y encauzate por ahi en la medida de tus posibilidades y de que la vida te deje.. suerte y mucho animo pero recuerda al Ulises de Kavafis, disfruta el camino y vive los mercados y los personajes mientras, te enriqueceran cuando llegues a tu "meta" :*

Mis mejores deseos para tí:

Que el eterno Sol te ilumine,

que el amor te rodee,
y la luz pura interior
guíe tu camino*

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