lademiárbol*

Abrir los ojos.
Ser consciente de la oscuridad.
Descubrir de nuevo mis nervios, el temor.
Saber la poca luz que entra por la persiana...
Desperezarse y desesperar un poco.
Girar sobre mi y encontrarle, con su armonia segura y esa belleza tan humana.
Escuchar el pitido horrible de la vuelta al mundo, el despertador. Temblar un poco, aturdida, cansada, muerta de miedo. Agarrando, casi extasiada, los cimientos.
Suspirar, hacer lo que tenía que hacer, y volver a ser consciente de mi respiración.

El mundo se para entonces.

Se para mi corazón,
el goteo del grifo de la cocina,
las gaviotas volando.
Todo es silencio...
Todo menos una espalda a la que abrazo, con un corazon latiendo con fuerza.
El silencio dura tres minutos.
T r e s m i n u t o s...
Después una rayita. Algo encaja.
Todo vuelve a brillar: el sol acariciando la sierra, las alas de los pájaros, las sábanas, el mar de sus ojos, mis labios que besan... La propia vida más que nunca, parece mentira! jajajaja. El amor...¡¡¡¡ Las ganas!!!!
Respiro.
Todo parece empezar de nuevo, girar despacio y de una manera hermosa, como baila una hoja desde una rama...