Ru(t)ina*

Alguien grita a un perro.
Se escucha cerrar puertas.
El viento sopla fuerte por la ventana, a mí me duele la cabeza.
Necesito la única droga que me permito, una taza de café humeante y espumosa. Necesito vacaciones para leer, escribir y no hacer nada. Dejarme ser. Tomar el sol, espiar la luna desde el monte, acostumbrar mi respiración a las no horas.
La tele miente.
Mis zapatos no quieren hacer el mismo camino una y otra vez.
Tú te nublas en mi cabeza, como una espiral confusa que me deja preguntas y me hace tener fé en mi sutil paciencia, desquebrajando los tiempos, el trabajo, las maneras.
Fuera hace menos frío que en casa...
Y tengo que regar.
Vaya.