coloresysabores*

El momento, la ocasión.
Las velas, el incienso
acompañando,
creando un espacio insomne donde deleitarse y acudir al encuentro
de la paz,
la cálida armonía,
el silencio.

Un centellear sencillo,
de luz,
de formas coloreadas, naturales,
se diluye en cerámica,
en cobre,
en amor.

 Suena la música.
Suenan las ondas del té rozando la taza.
Sólo armonía.
Sólo color cayendo por la tetera hasta el borde del clímax.

Todo parece entenderse de pronto.
Todo se acaba.

El aire roza la garganta y el néctar se bebe, se endulza, se baila.

Luego sonrisa.
Y después... la nada.

Tal vez la eternidad y la ceremonia,

lo sagrado y lo mundado unido por una taza de té.


Puede morir la tarde, el mundo...
Todo ha quedado diluido en agua, en un filtro y en hebras,
como el comienzo del mañana.