Hilodecometa*

Las luces no quieren ser encendidas, y yo me muestro así, desnuda frente a un aire de plomo que aturde las calles de frescura, otoño y locura. En azules ramas de los árboles con ojo, alguien ofrece ráfagas como si con ellas pudiera apagarse el fuego. Algo canta, criatura extraña, desde lejos...
Mis pies respiran oxígeno nuevo. Camino decidida hacia la claraboya de los astros, donde las constelaciones no tienen silueta. Qué más dará si junto a mí está la rebeldía de lo dictado, la compañía de trileros o la balanza colgando de mis manos. Aspiro a ser montaña, bambú, distancias y equilibrio de amor y de corazas. La meta no me importa, solo el sendero donde danza mi espiritu con ilusiones vivas.