14.3.10

naturaleza*


Echo de menos aquella sensación al levantarme, esa necesidad de respirar hondo y sonreir. Ver las montañas a primera hora de la mañana desde la entrada, sentada en la madera carcomida por la humedad mientras una sensación se instala en mis ojos, como la eterna suerte de poder mirar a las montañas cuando aún cambian de color en ésas horas de la mañana. Y ver el rocío de la noche todavía secándose en la hierba sana totalmente dispar que rodea la casa e ir descalza por ese sendero de piedrecitas hasta "el árbol de las sensaciones" en donde la noche anterior todos contamos nuestra historia. Echo de menos tocar aquella arrugada piel que tanta energía me transmitió cuando llegué a ese lugar que me cambió la vida. Y llegar allí, todas las mañanas, cuando casi todos aún dormían, mientras él sol se desperazaba también y aún las cenizas de la hoguera no se había consumido del todo, y respirar ese aire cargado de amor*, de sencillez, de armonía con la Madre Tierra,
y descubrirme siguiendo las líneas que cuentan los años de aquel viejo árbol, justo en el centro, como un protector que cuida de sus hijos.
Y pasarme toda la mañana sin hacer nada, mirando las montañas y enamorándome de ellas. Recorriéndolas con los ojos semi-cerrados, con el dedo índice recorriendo sus curvilíneos cuerpos como si las acariciaria.
Y sorprenderme de cómo han ido llegando todos a hacer sus tareas del día, sin decir nada, en silencio, sin molestarme. Y descubrir sonrisas, echo de menos ésas sonrisas...
esas sonrisas que lo llenaban todo.
Echo de menos bañarme desnuda en el río y sentir que soy agua yo tambien.
Y no importarme más cuando a la hora de la siesta, todos nos poníamos a cantar esa nana para Dani, el pequeño de la gran familia ,y acabáramos durmiendo todos juntos, entre árboles.




No hay comentarios:

Mis mejores deseos para tí:

Que el eterno Sol te ilumine,

que el amor te rodee,
y la luz pura interior
guíe tu camino*

Soy

Mi foto
Málaga, Andalucía, Spain

Archivo

Acompañantes