Las cosas están así; cuando estás haciendo limpieza emocional (porque ya toca o porque no te queda otra para poder seguir), la vida te pone delante lo que necesitas. Te trae personas con las que tenías algo pendiente, aunque pertenecieran a lo que tú llamas pasado. Te da momentos duros para que puedas ver con claridad tras él. Te da sucesos para que veas quién está contigo. Incluso tu mente dormida coopera para darte sueños reveladores.
Y todo se hace pesado, lento y difícil. Aunque necesario. Y todo se mueve... Hasta los cimientos. Hasta las personas que amas y por las que darías tu corazón entero.
Vivir nadie dijo que fuera fácil.... Aún así, día a día, los intentamos. Sin compasiones, sin misericordia, sin contemplaciones. Aguantamos, resistimos, y no se nos da tan mal... al fin y al cabo. Aunque sea un horror comprobar que, o haces limpieza de sensaciones y (sobretodo) de gente o la vida se te atraganta.
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