Le explicas tus batallitas, proporcionando siempre un toque de misterio.Le cuentas que has visto a tal, que has hecho qual, que te ocurrió no se qué...
Un sin fín de verborrea única y exclusivamente, para levantarte un poquito el ego, que permanecía derrotado tras la suerte que te regalaba la vida, y cómo no, para abrigarte con su cariño sin que se percate de ese afán que tienes por encontrar desesperadamente calor humano en cualquiera de tus noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario